miércoles, 15 de abril de 2020

RETROALIMENTACIÓN I


Retroalimentación para el aprendizaje



La retroalimentación es una de las acciones pedagógicas que más influye en el aprendizaje de los estudiantes, por lo que forma parte esencial del  proceso de evaluación. 
Para que una retroalimentación sea efectiva y promueva el aprendizaje de los estudiantes, es necesario que responda las siguientes preguntas (Hattie y Timperley, 2007):
  • ¿Dónde debe llegar el estudiante? ¿Cuál es la meta? (Feed Up)
  • ¿Cómo se está desempeñando el estudiante? ¿Dónde se encuentra? (Feed Back)
  • ¿Cómo debe seguir? ¿Qué debe hacer a continuación? (Feed Forward)



El CNEB señala que “la retroalimentación consiste en devolver al estudiante información que describa sus logros o progresos en relación con los niveles esperados para cada competencia. Esta información le permite comparar lo que debió hacer y lo que intentó lograr con lo que efectivamente hizo. Además, debe basarse en criterios claros y compartidos, ofrecer modelos de trabajo o procedimientos para que el estudiante revise o corrija”.

Así también, el CNEB señala que “la retroalimentación permite a los docentes prestar más atención a los procedimientos que emplean los estudiantes para ejecutar una tarea, las dificultades y avances que presentan. Con esta información pueden ajustar sus estrategias de enseñanza para satisfacer las necesidades identificadas en los estudiantes y diseñar nuevas situaciones significativas, replantear sus estrategias, corregir su metodología, replantear la manera de relacionarse con sus estudiantes, saber qué debe enfatizar y cómo, entre otros, de modo que permita acortar la brecha entre el nivel actual del estudiante y el nivel esperado”. (Ministerio de Educación 2016, p 181) 

El objetivo de la retroalimentación, en el marco de la evaluación formativa, es ayudar al estudiante a comprender sus modos de aprender, a valorar sus procesos y resultados y a autorregular su aprendizaje. En ese sentido, la retroalimentación contribuye a la construcción de autonomía a través de procesos de reflexión que motiva a los estudiantes a resolver problemas, crear nuevas producciones, replantear sus trabajos, aprender a identificar sus estrategias de aprendizaje, identificar sus logros y necesidades, así como desarrollar de manera consciente una autoevaluación de lo que aprende y cómo aprende. 
Para ser efectiva, la retroalimentación formativa debe ser descriptiva. Su objetivo tiene que estar puesto en señalar las fortalezas y debilidades observadas en los trabajos de los estudiantes a fin de identificar o construir con ellos los próximos pasos a realizar para seguir progresando aún más. Esta característica descriptiva y específica se contrapone a la retroalimentación tradicional cuyo centro es la corrección de las repuestas y tareas encomendadas y el comportamiento de los alumnos (y no el análisis del trabajo o producto realizado). La retroalimentación formativa debe apoyar el proceso de aprendizaje y para ello debe ser constructiva, oportunamente comunicada, siempre creíble y genuina.






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Prof. Rosales Gomero

Competencias primera parte

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